Hace ya tiempo que no recurro a esto, tanto tiempo que casi se ha vuelto desconocido para mí, pues aprendí a suplirlo con expresiones insípidas pero punzantes, y medicamentos que confunden la decepción pero no la curan.
Y sigo planeando estrategias para concluir la desidia y reconocerme de nuevo en lo que fui. Pienso que algún día, algún día voy a poder recobrar lo que creo que perdí y sigo buscando de manera poco furtiva. Hoy tengo el vago recuerdo de lo que fue, de lo que dilapidé con gusto en aquel tiempo: la ausencia del recogimiento, los besos reales y la razón convencida de ser un triunfo sobre los incautos.
Creo que existe una posibilidad no tan remota de que suceda algo más allá de tumbarse en la cama y retorcerse hasta quedar dormida antes de que anochezca. Aunque a veces me convenzo, definitivamente, casi para siempre, que no sucederá. Nada volverá a ser como antes. Con certeza he optado por vivir sólo lo que recuerdo y lo que imagino que pasará. Reconocerme ahora es mirar una mancha desesperada e histérica en el espejo, algo extraño que no comprende el final de las cosas pasadas y la transparencia inconexa del futuro imaginado.
No sé de qué están hechas mis manifestaciones; ni yo ni nadie puede descifrarme.
Tuesday, March 31, 2009
Thursday, December 11, 2008
Thursday, April 03, 2008
Dios:
Aunque creo que estás en todos lados (porque realmente creo en tí) y en todos lados puedes escucharme, decidí venir a la iglesia; es el único lugar cerca de mi casa en el que puedo ordenar mis ideas. Sé que no suelo venir muy seguido, pero no creo mucho en los ritos católicos; pienso mucho en estos asuntos espirituales y no creo que la religión católica me pueda ayudar, ni ninguna otra. Creo que las religiones establecen sugerencias para mejorar la convivencia con todo lo que nos rodea. Me gusta saber un poco de todo lo que puede salvarme del vacío existencial/individual. Siempre busco la superación, el amor en mí y en los demás... es una necesidad un tanto ingenua. Pero no vengo a hablarte de mis creencias religiosas. Simplemente creo en tí y lo demás no me importa. Me he permitido la libertad de escoger en quién creer y algo me dice que mi fe está bien encausada.
Vengo a pedirte que me escuches: me siento confundida y eso me vuelve un tanto desdichada, sé que tú lo sabes mejor que nadie, aunque ría fácilmente.Yo no supe hasta hace unos meses qué camino escoger. Decidí dejar lo que tenía porque no me correspondía. No quería sentirme condenada a algo que consideraba incongruente. A pesar de la opinión de muchos, hice que mi voluntad ponderara. Ahora tengo un nuevo horizonte, pero aún no sé si el destino que tú construyes para mí me permitirá llegar ahí. Es un reto que me he propuesto superar... Sin embargo, a pesar de que mi decisión parece ser contundente, estoy temorosa de ignorarla. Sé que no se castigan las intenciones, pero las tentativas fallidas me parecen un ofensivo padecimiento recurrente. No quiero que el futuro sea igual que ahora, no quiero experimentar ejecuciones frustradas... Me siento lista para variar las cosas un poco. Quiero encontrar mi lugar en este mundo. Dame la fuerza, permíteme intentarlo... Realmente me gustaría que mi destino dejara de contenerme y así cumplir mis expectativas. Yo sé que mi recorrido por la vida se computa, se registra y nada pasa desapercibido... esta vez espero que el entusiasmo y la dedicación me reivindiquen. No conozco más fantasias que las cumplidas...
Todas estas desiciones de hace un tiempo fueron imprudentes, pero más valía enterarse de todo tarde que nunca. Cambiaron cosas, relaciones (que prometo no se repetirán) y creo que el aire no sigue siendo el mismo, es más ligero. Me he permitido pensar cosas nobles y también espero que se cumplan en el momento más óptimo, con la persona más óptima.
Creo que no ambiciono mucho... quiero una vida normal. Saberme a mí misma, pertenecer a algo por el simple hecho de sobrevivir, querer y ser querida por un hombre, tener hijos... quiero comprender, transmitir, pero no deseomemorizar ni transcribir mis días pasados. Estoy a la espera de muchas experiencias. El procedimiento futuro es indescifrable... más espero consolar mi existencia cuando eso pase. de no ser así, tendré que interpretar mi vida de otra forma... En eso, Dios, también quiero que estés presente.
Deseo e intento... A Dios rogando y con el mazo dando.
Ahora estoy mejor, Dios.
Amén
Sunday, March 30, 2008
congoja vocacional
Thursday, March 27, 2008
Friday, March 21, 2008
.::San R::.
Thursday, March 13, 2008
Heme aquí de nuevo. Me pasé dos meses sin poder decir algo y ahora decidí entrar y desempolvar un poco el blog. No creo tener algo que contar, simplemente estoy aburrida.
Ya tengo bastante tiempo sin dar un paso adelante, me he rezagado com el más lento de los quelonios, por lo menos visiblemente. Lo que no es evidente esta vez es que he tenido tiempo para ser introspectiva; procuro mantener las cosas calmadas, sin hacer panchos. En ese aspecto (cualquiera que parezca) supongo que he crecido. Sin embargo esta etapa es curiosa, porque uno se abandona así mismo. Es un acto de lo más vanidoso; en algunas ocasiones me he portado indiferente, distante y molesta con los demás. A veces pienso que apesar de todo sigo tan endeble como antes, a pesar de todo lo que he intentado reconstruir. Y no sé por qué me siento tan insatisfecha.
A veces encuentro ratos sobresalientes en los que pensar es el acto menos complicado. Todo parece lógico y lo más mínimo se vuelve trascendental. Bien es verdad que en estas ocaciones tan "elevadas" no encuentro razones para recordar la agresión de la vida diaria. A veces me siento bajo control e intento tomar precauciones para los infalibles encuentros desafortunados con el lado exasperante de la vida.
Es difícil ordenar una cabeza llena de ideas confundidas, afortunadamente me topé con alguien que logra darme la sensación de tener una mente despejada. No es que me diga grandes cosas, pero en momentos críticos ( y no tanto) sus palabras me parecen tan cabales que cualquier pequeña charla (casual o de consuelo) lleva consigo un significado; inclusive en la incesante tendencia escatológica que nos une, inclusive en las pláticas más insulsas.
Recurrentemente tengo la impresión de que lo poseo todo. Me siento libre y disponible para cualquier cosa que la vida me depare. No obstante, tener todo no garantiza la felicidad, porque dentro de esa opulencia, que más que espiritual parece material, realmente se aglutina TODO: el miedo, el amor, el recelo, la tristeza, la inseguridad, el cariño, la ansiedad, la alegría, el rechazo, etc. Todo se repite incesantemente, a veces hasta en un sólo día, créanme. Así me ha sucedido siempre, nunca se me ha permitido detenerme. A pesar de todo creo que soy afortunada, ahora lo veo claro: de esto, de TODO se sirve la vida. No puede haber arrepentimientos anticipados, pues todo se da en un momento. Aunque me parezca que no sucede nada, siempre mantengo una reacción que me obliga a reflexionar sobre lo ocurrido. A darme cuenta de lo que es pasar por el mundo con una vida a cuestas. Finalmente son esos ratos indefinidos los que me permiten ver cada momento fuera de una importancia extrema. Sin recelo miro las cosas de manera excluyente y me halago de lo que contemplo. Es una extraña e involuntaria forma de autentificarse, a pesar de que el tiempo nos anule constantemente (...)
Ya tengo bastante tiempo sin dar un paso adelante, me he rezagado com el más lento de los quelonios, por lo menos visiblemente. Lo que no es evidente esta vez es que he tenido tiempo para ser introspectiva; procuro mantener las cosas calmadas, sin hacer panchos. En ese aspecto (cualquiera que parezca) supongo que he crecido. Sin embargo esta etapa es curiosa, porque uno se abandona así mismo. Es un acto de lo más vanidoso; en algunas ocasiones me he portado indiferente, distante y molesta con los demás. A veces pienso que apesar de todo sigo tan endeble como antes, a pesar de todo lo que he intentado reconstruir. Y no sé por qué me siento tan insatisfecha.
A veces encuentro ratos sobresalientes en los que pensar es el acto menos complicado. Todo parece lógico y lo más mínimo se vuelve trascendental. Bien es verdad que en estas ocaciones tan "elevadas" no encuentro razones para recordar la agresión de la vida diaria. A veces me siento bajo control e intento tomar precauciones para los infalibles encuentros desafortunados con el lado exasperante de la vida.
Es difícil ordenar una cabeza llena de ideas confundidas, afortunadamente me topé con alguien que logra darme la sensación de tener una mente despejada. No es que me diga grandes cosas, pero en momentos críticos ( y no tanto) sus palabras me parecen tan cabales que cualquier pequeña charla (casual o de consuelo) lleva consigo un significado; inclusive en la incesante tendencia escatológica que nos une, inclusive en las pláticas más insulsas.
Recurrentemente tengo la impresión de que lo poseo todo. Me siento libre y disponible para cualquier cosa que la vida me depare. No obstante, tener todo no garantiza la felicidad, porque dentro de esa opulencia, que más que espiritual parece material, realmente se aglutina TODO: el miedo, el amor, el recelo, la tristeza, la inseguridad, el cariño, la ansiedad, la alegría, el rechazo, etc. Todo se repite incesantemente, a veces hasta en un sólo día, créanme. Así me ha sucedido siempre, nunca se me ha permitido detenerme. A pesar de todo creo que soy afortunada, ahora lo veo claro: de esto, de TODO se sirve la vida. No puede haber arrepentimientos anticipados, pues todo se da en un momento. Aunque me parezca que no sucede nada, siempre mantengo una reacción que me obliga a reflexionar sobre lo ocurrido. A darme cuenta de lo que es pasar por el mundo con una vida a cuestas. Finalmente son esos ratos indefinidos los que me permiten ver cada momento fuera de una importancia extrema. Sin recelo miro las cosas de manera excluyente y me halago de lo que contemplo. Es una extraña e involuntaria forma de autentificarse, a pesar de que el tiempo nos anule constantemente (...)
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