Heme aquí de nuevo. Me pasé dos meses sin poder decir algo y ahora decidí entrar y desempolvar un poco el blog. No creo tener algo que contar, simplemente estoy aburrida.
Ya tengo bastante tiempo sin dar un paso adelante, me he rezagado com el más lento de los quelonios, por lo menos visiblemente. Lo que no es evidente esta vez es que he tenido tiempo para ser introspectiva; procuro mantener las cosas calmadas, sin hacer panchos. En ese aspecto (cualquiera que parezca) supongo que he crecido. Sin embargo esta etapa es curiosa, porque uno se abandona así mismo. Es un acto de lo más vanidoso; en algunas ocasiones me he portado indiferente, distante y molesta con los demás. A veces pienso que apesar de todo sigo tan endeble como antes, a pesar de todo lo que he intentado reconstruir. Y no sé por qué me siento tan insatisfecha.
A veces encuentro ratos sobresalientes en los que pensar es el acto menos complicado. Todo parece lógico y lo más mínimo se vuelve trascendental. Bien es verdad que en estas ocaciones tan "elevadas" no encuentro razones para recordar la agresión de la vida diaria. A veces me siento bajo control e intento tomar precauciones para los infalibles encuentros desafortunados con el lado exasperante de la vida.
Es difícil ordenar una cabeza llena de ideas confundidas, afortunadamente me topé con alguien que logra darme la sensación de tener una mente despejada. No es que me diga grandes cosas, pero en momentos críticos ( y no tanto) sus palabras me parecen tan cabales que cualquier pequeña charla (casual o de consuelo) lleva consigo un significado; inclusive en la incesante tendencia escatológica que nos une, inclusive en las pláticas más insulsas.
Recurrentemente tengo la impresión de que lo poseo todo. Me siento libre y disponible para cualquier cosa que la vida me depare. No obstante, tener todo no garantiza la felicidad, porque dentro de esa opulencia, que más que espiritual parece material, realmente se aglutina TODO: el miedo, el amor, el recelo, la tristeza, la inseguridad, el cariño, la ansiedad, la alegría, el rechazo, etc. Todo se repite incesantemente, a veces hasta en un sólo día, créanme. Así me ha sucedido siempre, nunca se me ha permitido detenerme. A pesar de todo creo que soy afortunada, ahora lo veo claro: de esto, de TODO se sirve la vida. No puede haber arrepentimientos anticipados, pues todo se da en un momento. Aunque me parezca que no sucede nada, siempre mantengo una reacción que me obliga a reflexionar sobre lo ocurrido. A darme cuenta de lo que es pasar por el mundo con una vida a cuestas. Finalmente son esos ratos indefinidos los que me permiten ver cada momento fuera de una importancia extrema. Sin recelo miro las cosas de manera excluyente y me halago de lo que contemplo. Es una extraña e involuntaria forma de autentificarse, a pesar de que el tiempo nos anule constantemente (...)
Thursday, March 13, 2008
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5 comments:
"inclusive en la incesante tendencia escatológica que nos une"
jajaja y de verdad los une, aunque no lo entiendo. Me gusta verte feliz.
El otro día que te ví me te noté relajada. Opino que los brrinches se acaban cuando ya no tomas tan en serio lo que ocurre. Tambipén he dejado los berrinches y sospecho que se debe a la falta de alguien que los provoque.
Saludos
El otro día que te ví me te noté relajada. Opino que los brrinches se acaban cuando ya no tomas tan en serio lo que ocurre. Tambipén he dejado los berrinches y sospecho que se debe a la falta de alguien que los provoque.
Saludos
zaz... tantas cosas tan ciertas Sofía... sip... buen post...
Abrazos pulgosos!!
Yo solo queria poner un comentario. Heh-
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