Tuesday, August 08, 2006

La jornada jocosa del dìa de ayer consistiò en el robo a una tienda, un robo menor que puso en duda mi educaciòn y mi sensibilidad, sin embargo hizo que se exaltaran mis aptitudes de malandrìn. Las emociones fuertes estaban ausentes y algo en mì aullaba por adrenalina.
Debo de decir que fue un robo incitado por el mismo comercio. El objeto estaba ahì sin protecciòn o alguna evidencia de que estaba a la venta. No tenìa còdigo de barras ni precio, creo que era el despojo de un robo anterior al departamento de jugueterìa. Lo ùnico que yo hice fue tomarlo y actuar con naturalidad. Fàcilmente iba a pasar por mìo, puesto que estaba sucio y descuidado. Dudo mucho que alguien quisiera pagar dinero por eso.
Algo dentro de mì me decìa "no, robar es pecado" mas impulsiva yo, me dejè llevar por el momento y pasè de largo a la cajera y al policìa. Fuera de la tienda me sentì desahogada. Mi sobrina de 6 años le dijo a mì mamà que me habìa salido de la tienda sin pagar aquello; me acusò y se negò a ser chica mala junto conmigo, su tìa de casi 20 años.
A decir verdad, me sentìa extraña por haber infringido la ley pero me sentì desahogada por todas aquellas veces que habìa deseado tomar algo de una tienda, salir sin pagar y no ser sorprendida. Me sentìa orgullosa por mi gran hazaña. Le preguntè a mi mamà si la cleptomanìa era una enfermedad y ella me contestò que a veces sì, que era una enfermedad de locos anodinos. Bueno, yo no soy anodina pensè, al contrario. Extrañamente, tenìa una sensaciòn de estar satisfecha.
Mi papà dijo que era una vergüenza que alguien con un nivel universitario hubiera hecho eso. Dijo en tono severo que de haberme sorprendido en la tienda, me hubieran fichado, tomado fotos y huellas dactilares, como en la tele (sic) y que me hubieran metido a la càrcel. "¿De veras yo pude sortear todo eso?" me preguntè a mi misma mientras mi papà insistìa que era un acto degradante, falto de educaciòn y un muy mal modelo para mi sobrina.
Bueno, sì, fue muy naco de mi parte haberlo hecho. No me siento culpable pero me arrepiento por haberme dejado llevar. La historia ya se hizo y prefiero pedir disculpas -a mi papà, no a esos lelos de la tienda- a pasar una semana encorvada en mi insolente pasado, cosa que ya no es.
Lo que hurtè deliberadamente fue un trofeo para mì, por lo menos en lo que respecta al dìa de ayer. Ahora lo miro como algo sin valor. Ni modo, me tendrè que deshacer de èl y olvidarme del asunto. Basta de emociones fuertes para mì.

3 comments:

SB said...

Esa adicción a la adrenalina es peligrosa. Yo prefiero las endorfinas.
Ya, deja esos malos hábitos.

Paranoid Android said...

Yo una vez me lleve un peperami... pero fue por error... pense que los regalaban...

En el estacionamiento mis padres se dieron cuenta y nos regresamos a la tienda a pagarlo...

Saludos

Juana Nebulosa said...

qué te robaste?
yo nunca he robado nada, siempre he querido hacerlo pero soy miedosa