Tuesday, January 16, 2007

Según mi parecer, éstas vacaciones han sido bastante largas. Tal vez hasta me atrevo a decir que estoy cansada de ellas. No tengo nada que hacer, nada que sea mi obligación, aparte de seguir limpiando la casa porque las visitas de la sirvienta son cada vez más intermitentes. He salido poco pero cuando lo hago realmente me dedico a andar en las calles por casi todo el día, aunque el calor del sol no sea alentador para una caminadora empedernida.
Sin embargo, las largas jornadas callejeras bajo el sol han tenido sus ratos convenientes. Después de todo, las vacaciones son para relajarse, caminar sin prisas y llegar a conclusiones satisfactorias. Todo gracias al tiempo libre.
El fin de las vacaciones es feliz por varias razones y una de las más importantes es la frivolidad. La verdad me quejé, pero el haber hecho la limpieza de la casa me ayudó a ganara la simpatía de mis padres y por ende me hice merecedora de una pequeña cantidad de dinero salida de sus flexibles, amables y considerados bolsillos. Una vez con los bolsillos llenos de dinero, salí a las calles rumbo al centro comercial más cercano. Las pocas veces que salí de mi casa fueron tres en total. Tres días de caminata bajo el sol y compras.
No sé por qué pero creo que la vida después de las compras es hermosa. Soy fácil de satisfacer, no pido salir de la tienda con tres bolsas gigantes repletas de ropa, sólo con haber comprado una blusa me hace sentir muy bien. Después de haber recorrido la tienda minuciosamente una vez y recolectar máximo seis prendas para llevar al probador es exhaustivo pero es brillante salir por lo menos con una buena prenda, una buena compra.
Ahora siento que lo tengo todo: ropa linda, un poco de dinero, salud, belleza y una amiga que me comprende... "soy dichosa, soy feliz".
Desde el área de comidas, los aparadores me parecen un incentivo muy poderoso para emprender hacia una experiencia futilmente dichosa. Comprendo a las compradoras compulsivas y aún así procuro que las endorfinas no me enloquezcan como a ellas.
Las compras me inspiran tanto que escribí el borrador de este post en un ticket de compra.

2 comments:

Juana Nebulosa said...

y el borrador fue escrito mientras esperaba mi comida!

Lidia said...

Es lindo comprar algo. Apenas el año pasado empecé a gastar unos cuantos centavitos en mi guardarropa.
Cuando me deprimo compro por lo general libros, se siente bien.

Saludos